Europa vive una profunda crisis económica y social. Tú amigo lector, apenas serás enterado de ello. Las grandes agencias de tres letras apenas lo reseñan. Comprende, ellas tienen su sede allá. Cada país europeo, en especial los occidentales, pasa por el pero calvario que hayan sufrido jamás.
Europa vive una crisis tan fuerte o mayor que la que dejo su II Guerra en los años 40 del siglo XX (a ellos les gusta llamarla mundial). La crisis actual es tan colosal como la que le hizo salir a saquear a Abia Yala, a la India y África en los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX. Saquearla y masacrarla. A los europeos les gusta hablar de nosotros como los descubiertos, los encontrados, para evadir decir que nos asesinaron con el fin de robarse nuestras riquezas.
Hoy no es atrevido decir que la caótica situación por la que atraviesa la civilización europea es mayor que aquellas. Lo que observamos es una proyección de la situación que describe Víctor Hugo en “Los Miserables”. Porque ahora, Europa además de las estrecheces de un grupo de 27 países que se está quedando sin recursos naturales para mantenerse, sufre de la más grave crisis que pueda pasarle a un país: Se está despoblando. Europa envejece, su tasa de natalidad baja el promedio de 1 por 1000.
Un estado es pueblo, territorio y soberanía. Literalmente Europa sufre un decrecimiento poblacional alarmante. Quite los turistas que van a las vetustas ciudades, quite a los estudiantes que van por becas, quite los emigrantes que lograron establecerse antes de las leyes xenófobas y tendrá la verdadera cara de la tragedia: El mal llamado viejo continente, de verdad, viejo. Ciudades sin niños, sin escolares por lo que se ven obligadas a cerrar sus escuelas básicas o “importar” infantes: Ciudades pobladas de jubilados que olvidaron las risas y juegos juveniles.
A pesar de ello Europa se cierra a los migrantes. Paga grandes sumas de dinero para que los africanos no entren; persigue a los suramericanos y asiáticos. No entiende Europa que si no mezcla su sangre con el Sur está destinada a desaparecer. Esta sentenciada a que el viento se desplace triste por sus viejos edificios mañana vacíos.
Pero Europa prefiere seguir saqueando a África, para cubrir sus carencias naturales. Para disimular que su gente no tiene trabajo, para campear las protestas que día a día sacuden las otroras tranquilas ciudades. Europa apuesta a la industria bélica y alienta una criminal guerra contra Libia: Está inconforme con los negocios que hacía con ese país, quiere todo, porque ya no tiene nada, ni recursos naturales, ni reservas internacionales, ni juventud, ni sueños.
Ahora, como en sus tiempos coloniales, surge dispuesta a robarse hasta la última gota de petróleo y agua libio, hasta el último gramo de oro de la reservas beduina. Y quiere más de África. Desangrarla. Europa está herida. Cual tigra suelta peligrosos zarpazos.
Fuente: http://reinaldobolivar.blogspot.com/
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